ARCHIVO NAVAL (I) : LOS LPD EN LA CRISIS DEL "CHAPAPOTE"

EL LPD "CASTILLA" EN LA CRISIS DEL "PRESTIGE".
           (SANTANDER: DICIEMBRE 2002-MARZO 2003)

  En noviembre de 2002 el petrolero Prestige se hunde, con toda su carga, en las cercanías de la costa gallega provocando un desastre natural y ecológico de unas dimensiones imposibles de imaginar. En pocos días la enorme mancha negra se extendió por todo el Cantábrico llegando incluso a afectar a la costa francesa. 

La Armada Española intervino desde el primer momento en las tareas de control de la marea negra y, posteriormente, puso a disposición los medios necesarios para actuar en consecuencia. Los buques anfibios Pizarro, Galicia, y Castilla comenzaron a desplazarse a las costas del norte cargados con material de ingenieros, barcazas, vehículos, helicópteros, y dotaciones de infantería de Marina para llevar a cabo tareas de limpieza sobre las zonas afectadas.

Una de las misiones con las que fueron diseñados los LPD del tipo "Galicia" fue la de actuar en catástrofes humanitarias y de apoyo a la población civil. Sobre sus actuaciones en Haití, tras el huracán Mitch, en Indonesia tras el Tsunami, Albania, Irak refrendan estas capacidades. Sin embargo de sus actuaciones en la crisis del "Prestige" solo hallamos alguna referencia, por encima, y poco más. Solo la Revista General de Marina ha dedicado algunos artículos, de gran interés por cierto,al tema. Artículos llenos de datos y anécdotas, que recomiendo leer a todos los interesados en el trabajo de nuestros marinos.. Posiblemente con la que se montó, a nivel político y social, con el asunto del petrolero, más de uno prefirió esconder el asunto en el fondo del cajón.

En diciembre de 2002 el Galicia se establece, por unos días, en el puerto de Santander para actuar como centro de coordinación de las operaciones en todo el Cantábrico. A primeros de enero de 2003 será sustituido por el "Castilla" que nos acompañará hasta bien entrado el mes de marzo.

Por aquellos días tuve la oportunidad de visitar varias veces el Castilla, uno no se cansa de hacerlo nunca,y de, en días diversos, sacar las fotos que acompañan este trabajo.Por eso pretendo que lo que vais a ver sea un reportaje gráfico, más que comentado,las imágenes lo dicen todo, de lo que fue el invierno de 2003 en nuestra bahía.Algunas fotos adolecen de calidad pero es que en ocasiones había que recurrir a cámaras de fortuna porque en cualquier momento surgía la oportunidad de ver algo interesante.

El viaje de llegada del "Castilla" fue bastante movido. El Cantábrico estaba un tanto furioso y las olas machacaron el castillo con gran intensidad. La falta de estabilizadores unida a la altura de la superestructura hizo el viaje bastante complicado para la tripulación. Se aprecian los efectos del mar sobre el castillo de un buque qué, cuando se tomó esta imagen llevaba menos de tres años de servicio en la Armada.(Fotos 1,2,3,4)

 Los LPD son buques impresionantes vistos de popa. Las generosas dimensiones del portón del dique son claramente visibles en esta imagen con la nave ya atracada en puerto. 

 Esta secuencia de imágenes fue tomada por casualidad una fría mañana de enero. El "Castilla" procedió a realizar un ejercicio de inundación del dique y del despliegue de las dos LCM 8 que transportaba. Resultó ser muy interesante porque el "Castilla" quedó literalmente sentado sobre el fondo, recordemos los dos metros de calado necesarios para inundar el dique, y que la marea no estaba del todo arriba, la línea de pleamar es visible en el muelle.
 Se ve con claridad la humareda de los motores de las LCM y la salida de las barcazas con vehículos y material de ingenieros variado. Los vehículos se movían habitualmente al muelle por el portón de estribor, en este caso el camión es transportado por la LCM. Obsérvese el brusco cambio de tiempo  claramente visible en los cambios de la luz ambiente..Acabó lloviendo. 

En el dique se observan las dos LCM poco antes de salir al agua de la bahía. La maniobra de apertura/llenado del dique, y la salida de los lanchones se llevó a cabo en poco tiempo. Las lanchas tardaron escasos minutos en ponerse a navegar.

El estado de vetustez de las LCM es más que evidente en estas imágenes. por aquellos días ya estaban entrando en servicio las novísimas LCM de fabricación nacional. Se sabe que una de ellas fue trasladada por el Pizarro y transferida a las actividades de limpieza en la costa asturiana. Sobre su actuación carezco de datos.

 El "Castilla" transportaba en sus bodegas abundante material suministrado por el GASC (Grupo de Apoyo de Servicios de Costa), lo que anteriormente se conocía como Agrupación Logística. Unidad compuesta por algo más de 350 personas el GASC es el encargado de mantener y organizar los vehículos en sus distintas configuraciones adecuadas a cada misión. Su trabajo es inmenso e indispensable, sin el sería imposible el funcionamiento de la unidad.

Durante las operaciones de limpieza el trabajo fue enorme ya que constantemente había que limpiar los vehículos de manchas de petróleo y de arena pegajosa que se adhería a los neumáticos y a los bajos de los mismos. En fotos posteriores se aprecian estas "incomodidades" más de cerca.

 El interior de los vehículos estaba literalmente forrado de plástico para enfangar lo menos posible de alquitrán y fango los mismos.

 Para el manejo de cargas paletizadas y contenedores se empleaba esta grúa del GASC.

 Portón lateral de estribor, situado junto al muelle, que servía para desembarcar los vehículos medios y ligeros directamente a tierra.

 El trabajo en terrenos bajo condiciones tan adversas tiene sus dificultades por lo que, a veces, las incidencias son inevitables como se muestra en este camión del GASC con la luna frontal machacada.

 Pala excavadora que también formaba parte de la dotación de trabajo de playa.

 Grúa para cargas sobre camión IVECO.

 Este primer plano  de la LCM8 nos permite apreciar la antiguedad de estas barcazas y el baqueteo al que estuvieron sometidas durante la crisis del chapapote. A derecha e izquierda se aprecian los paneles de goma negra para proteger la barcaza de los golpes contra los laterales del dique

 Suelo metálico para situar sobre la playa y facilitar así el movimiento de vehículos pesados sin riesgo de quedarse clavados en la arena blanda.

 Bulldozers a bordo de una de las LCM.

 Sufrido aspecto de una de las LCM libre de carga.

Habitáculo adaptado en el garaje para la retirada de ropas y equipos a la vuelta de la limpieza diaria. En todo momento se procuró mantener las zonas de trabajo lo mas limpias posible de restos y suciedad de la playa.

 El servicio de atención médica del "Castilla" estaba perfectamente adecuado para cualquier emergencia que pudiera surgir entre el personal que se encontraba trabajando en las playas. Este HUMMER ambulancia refleja en sus ruedas sus recorridos por las zonas manchadas de petróleo. El "Castilla" cuenta con unas excelentes instalaciones hospitalarias a bordo, muy en consonancia con su función de apoyo a la población civil en caso de catástrofe humanitaria.

 Material de limpieza a bordo de una LCM

 Las RHIB son un elemento de trabajo indispensable a bordo de los buques anfibios. Aparte de sus ventajas para tareas de vigilancia y protección frente a las amenazas asimétricas en tiempo de guerra, son un excelente medio de comunicación rápida entre el buque y la playa.

 El camión grúa esta vez sobre el muelle esperando a ser cargado en la bodega al igual que el Hummer y el camión visibles en la foto inferior.

 El radar estuvo constantemente en funcionamiento. Quién esto escribe tuvo la suerte de estar presente en el CIC anfibio y ver, en una enorme pantalla, todo el despliegue de pesqueros, buques de limpieza, y unidades de guerra hasta la costa francesa en tiempo real... Algo realmente impresionante

Dos helicópteros AB-212 se encargaban de las tareas de vigilancia aérea en la zona contaminada. El tráfico de aeronaves, militares y civiles, españolas, francesas, y portuguesas era intenso, actuando el "Castilla" como controlador de tráfico aéreo.

El trabajo que realizó la Armada durante estos meses fue notable. Los LPD fueron puestos a prueba en sus capacidades convirtiéndose en auténticos centros de control operativos. Sirva este pequeño reportaje fotográfico como homenaje al trabajo bien hecho.

TEXTO Y FOTOS: José F. Alcalde