sábado, 27 de abril de 2013

PATRULLERO ATALAYA P74



  En los últimos meses de 1989 la Armada iniciaba la construcción de cuatro patrulleros del tipo OPV (Offshore Patrol Vessels), Buques de patrulla lejana, por la necesidad existente en aquel momento de disponer de unidades de patrulla no estrictamente costeras. El diseño de estas naves derivaba de los construidos para las armadas de Méjico y Argentina. La idea era disponer de buques de patrulla con gran autonomía de navegación, y capaces de permanecer largos periodos de tiempo fuera de su base.


A mediados de 1992 ya se encuentran en servicio las cuatro unidades de la serie: P71 Serviola, P72 Centinela, P73 Vigía, y P74 Atalaya. Se trata de buques con un desplazamiento de 1150 toneladas a plena carga, con un diseño muy agradable a la vista, y con capacidad para permanecer hasta treinta días en navegación.Poseen además una pista para helicópteros , de tipo ligero, aunque carecen de instalaciones para su cuidado y mantenimiento.Los Serviolas resultaron ser barcos muy marineros. Contaban con alerones estabilizados en el casco ,del tipo no retraible, lo que ayudaba con mares agitados a mantener una buena estabilidad.

La prueba de fuego de estos patrulleros vino dada por el conflicto del Fletán qué, en 1995, nos enfrentó con los canadienses. Los Serviola demostraron sus capacidades en las gélidas aguas de Terranova donde permanecieron, en diversos turnos, hasta que se solucionó el problema. Este conflicto validó la idea para la que habían sido creados estos buques, la actuación en aguas lejanas a la Península. En este caso protegiendo los intereses de los pescadores españoles que faenaban en la zona del contencioso.

Las tareas de protección a los recursos pesqueros son una de las misiones, de las variadas que cumplen estas unidades. En ocasiones transporta inspectores del NAFO a bordo con la misión de hacer cumplir las normas internacionales sobre la pesca.Está capacitado para intervenir en situaciones de vigilancia de buques sospechosos participando en acciones contra amenazas asimétricas. Para actuar en estas situaciones los patrulleros cuentan con una pieza artillera Mk-26 de 76mm. que parece salida de un museo de la Segunda Guerra Mundial.Es posiblemente el talón de Aquiles de estos patrulleros.En principio se pensó que este montaje fuera provisional en espera de instalar otro de tiro rápido, y más moderno, se habló de un OTO Melara, pero como suele pasar en este país...lo que se instala raramente se quita y los Serviola se quedaron con el cañón de origen. Dos ametralladoras de 12,70 mm. conforman la defensa contra amenazas cercanas. 


El aumento de las capacidades de los Serviola para realizar misiones de protección marítima viene dado por la presencia a bordo de dos lanchas semirrígidas, cada una de ellas con su correspondiente grúa de estibado.Embarcan, si es el caso, el trozo que se encargará del abordaje e identificación de cualquier buque sospechoso. Las lanchas semirrigidas son, en el actual concepto de las amenazas asimétricas, un factor multiplicador del potencial de los buques, ya sean destructores o patrulleros. Permiten establecer perímetros defensivos alrededor del barco que impiden el acercamiento de posibles embarcaciones hostiles.


La propulsión corre a cargo de dos motores diésel MTU- Bazán 16 V 956 TB 91 que mueven dos hélices que empujan al patrullero a unos no desdeñables 20 nudos de velocidad máxima. Puede parecer que son lentos pero esto no es así precisamente porque las misiones de patrulla exigen recorrer grandes espacios marítimos y el diésel, unido a unas velocidades de patrulla medias, permite grandes periodos de navegación sin repostar. Para correr ya están las lanchas semirrígidas. La autonomía estimada a 12 nudos da una autonomía de 8000 millas lo cual no está nada mal para un barco de su categoría.

Para la navegación cuenta con dos radares Racal-Decca, uno del tipo 2459, y otro del tipo 2609. Son radares comerciales de probadas garantías aunque militarizados.Cuenta además con equipos de transmisión e intercepción de señales electrónicas y de radio del tipo ULQ-13, aunque este sistema solo consta en la primera unidad de la serie. Al ser barcos que trabajan lejos de la costa sus comunicaciones han de ser de gran calidad. Cuenta con el sistema de comunicaciones por satélite Inmarsat, de empleo habitual en la Armada Española y en practicamente todas las armadas de su entorno.


Su tripulación la componen 8 oficiales y 34 marineros. Hasta la entrada en servicio de los BAM (Buques de Acción Marítima) los Serviola fueron los únicos patrulleros de largo alcance dignos de ese nombre. Como ocurre siempre en España el escaso número de unidades hace que su trabajo sea muy intenso.Siendo bastante habitual su presencia por estas aguas.


Las imágenes hablan por sí solas y no creo que merezcan comentario. Se trata del patrullero Atalaya, el último de la serie, entrando en la bahía de Santander el pasado viernes 26 de abril. 


















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